Nuevo León se ha convertido en el epicentro nacional del dengue, enfrentando un aumento dramático del 725 por ciento en los casos confirmados en comparación con el mismo período del año anterior. Según datos de la Secretaría de Salud en el Estado, los episodios confirmados han escalado de 12 a 87 en tan solo un año.
Alma Rosa Marroquín Escamilla, titular de la Secretaría de Salud en Nuevo León, ha expresado su preocupación por la situación, instando a la población a tomar medidas drásticas para frenar la propagación del mosquito Aedes aegypti, vector del virus del dengue, que ya ha cobrado la vida de un niño de 12 años.
Además de los 87 casos confirmados, hay 737 pacientes sospechosos bajo vigilancia y 14 personas hospitalizadas debido a la enfermedad. Marroquín Escamilla subrayó la importancia de la estrategia “Lavar, Tapar, Voltear y Tirar” para eliminar criaderos de mosquitos en recipientes que acumulen agua, así como mantener patios y azoteas libres de objetos que puedan servir como criaderos.
El personal de la Secretaría de Salud ha intensificado las labores de fumigación y descacharrización en las áreas afectadas, complementadas con vigilancia epidemiológica utilizando ovitrampas y control larvario. Se han realizado visitas domiciliarias para educar a los residentes sobre las medidas preventivas.
Los síntomas del dengue incluyen fiebre alta, dolor de cabeza intenso, erupción en la piel, náuseas, vómito y falta de apetito. En casos graves, la enfermedad puede complicarse rápidamente, especialmente en pacientes con condiciones preexistentes como diabetes o hipertensión.
Para protegerse, se recomienda el uso de repelente, ropa que cubra la piel y la instalación de mosquiteros en puertas y ventanas. Es fundamental que cualquier recipiente que contenga agua esté limpio y tapado adecuadamente para evitar la proliferación del mosquito.
Las autoridades de salud exhortan a la población a estar alerta ante cualquier síntoma y buscar atención médica inmediata en caso de presentar signos de alarma como dolor abdominal intenso, sangrado de encías o nariz, y fatiga extrema.
