La nave espacial Starliner de Boeing logró aterrizar exitosamente en White Sands, Nuevo México, el 7 de septiembre de 2024, tras haberse desacoplado de la Estación Espacial Internacional (EEI). Aunque el aterrizaje fue un éxito, la misión tuvo contratiempos significativos, ya que los astronautas Barry Wilmore y Sunita Williams no regresaron a bordo debido a problemas técnicos detectados previamente, como fallos en los propulsores y fugas de helio. Ambos astronautas permanecerán en la EEI hasta su regreso en 2025 a bordo de una nave SpaceX.
La misión debía durar solo ocho días, pero se extendió a tres meses debido a estos problemas técnicos, lo que generó dudas sobre la capacidad de Starliner para llevar a cabo vuelos tripulados seguros en el futuro.
Este vuelo era crucial para que Boeing obtuviera la certificación de la NASA para realizar misiones tripuladas regularmente.
La misión de la Starliner de Boeing representó un avance técnico al completar un aterrizaje exitoso, pero también puso en evidencia los desafíos aún pendientes para la compañía. Los problemas con los sistemas de propulsión y fugas de helio forzaron que los astronautas no pudieran regresar en la nave, lo que genera dudas sobre su capacidad para misiones tripuladas futuras. Aunque el aterrizaje fue seguro, Boeing deberá solucionar estos problemas para garantizar la certificación de la NASA y competir efectivamente con SpaceX en el transporte espacial.
