Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, ha sido presuntamente canalizado al programa de testigos protegidos de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en Estados Unidos. Esta información, aunque no confirmada oficialmente por las autoridades estadounidenses, se dio a conocer después de que Ovidio desapareciera de los registros del Buró Federal de Prisiones (BOP) pocos días antes de la captura de Ismael “El Mayo” Zambada.
El traslado de Ovidio al programa de testigos protegidos sugiere que podría estar cooperando con las autoridades estadounidenses en investigaciones sobre el Cártel de Sinaloa y otros grupos delictivos, lo que sería una estrategia clave en la lucha contra el narcotráfico. Según reportes, su estatus y ubicación actuales son clasificados, lo que implica que su situación legal podría estar sujeta a acuerdos que incluyan la protección y el cambio de identidad bajo la supervisión del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos.
La noticia ha generado especulación sobre las posibles implicaciones para el cártel y los miembros restantes de la familia Guzmán, quienes aún operan dentro de la organización criminal. Se espera que en las próximas semanas se revelen más detalles, especialmente con una audiencia judicial programada para el 1 de octubre.