El debate presidencial de Estados Unidos de 2024 entre Donald Trump y Kamala Harris, celebrado el 10 de septiembre, fue un encuentro marcado por intensos intercambios sobre temas cruciales como la economía, la inmigración y los derechos reproductivos. Kamala Harris defendió la necesidad de apoyar a las pequeñas empresas y reducir el costo de la vivienda, mientras que Trump desvió el tema hacia la inmigración, acusando a la administración de Harris de permitir la entrada de criminales al país.
El tema del aborto generó uno de los momentos más tensos, con Trump afirmando que los demócratas apoyan medidas extremas, mientras que Harris acusó al expresidente de mentir y de haber impulsado jueces que revocaron el derecho al aborto. En política exterior, Harris criticó la percepción que tienen los líderes mundiales sobre Trump, tildándolo de “manipulable”, mientras que el expresidente la acusó de ser “marxista” y de querer implementar medidas peligrosas.
El debate también destacó por los fuertes ataques personales entre ambos candidatos. Harris criticó la postura de Trump en política exterior, calificándolo de “débil” y manipulable por líderes autoritarios, mientras Trump la llamó “marxista”, un término que utilizó repetidamente durante el debate para descalificar sus propuestas. Además, ambos se enfrentaron por la gestión del aborto, con Trump defendiendo la anulación de Roe v. Wade, y Harris acusando al expresidente de querer restringir los derechos reproductivos de las mujeres a nivel nacional. Este debate puso en evidencia las profundas divisiones en temas clave para los votantes.
